lunes, 10 de diciembre de 2012

Cifra de niños quemados podría rebasar las 300 durante el 2012


06:36 pm  - Redacción  
El jefe de la sala de Niños Quemados del hospital Escuela, Carlos Flores, pidió a la población vigilar en todo momento a los niños, porque en esta época se incrementan los accidentes, sobre todo en la cocina de los hogares.







TEGUCIGALPA,




Unos 295 niños han sido hospitalizados a causa de quemaduras durante el 2012, pero las autoridades del hospital Escuela estiman que la cifra podría sobrepasar los 300 casos antes del próximo año.
El jefe de la sala de Niños Quemados del hospital Escuela, Carlos Flores, pidió a la población vigilar en todo momento a los niños, porque en esta época se incrementan los casos debido a que "se hace mucho tamal y muchas comidas calientes" que son las principales causas de quemaduras.
A la sala de Quemados ingresan diariamente uno o dos pacientes que requieren cuidados médicos.
Año con año se incrementan las estadísticas. En 2008 se registraron 285 niños afectados; en 2009, 290 niños; en 2010, 320 niños; y en 2011, 330 niños. 
Los accidentes caseros provocan quemaduras en unos tres mil 300 niños en todo Honduras, pero en su mayoría no requieren hospitalización, sólo el diez por ciento sufre daños que necesitan el ingreso a los hospitales, dijo Flores.
En un 60 por ciento, los accidentes son provocadas por sustancias calientes que causan quemaduras de segundo grado; ell 25 y 30 por ciento de casos son ocasionados por flama, que son más graves; un tres por ciento, por electricidad; y el uno por ciento por rayos, pero hasta la fecha no se ha presentado ningún caso, informó.
Cada día que un niño permanece hospitalizado se necesitan entre diez y 12 mil lempiras para cubrir con el tratamiento.
Las autoridades del centro asistencial iniciaron la campana “Cero Niños Quemados en el hospital Escuela ”, pero ya se registraron dos casos de menores que han perdido partes de su cuerpo a causa de la pólvora.
El primer caso fue el de un menor de 11 años originario de El Paraíso, que perdió cuatro dedos  al tratar de manipular un mortero. El segundo, de un niño de 8 años originario de Olancho, que también perdió cuatro dedos cuando quemaba cohetes cerca de su casa.

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